Elephas maximus maximus
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Son animales grandes con ojos relativamente pequeños y orejas grandes y móviles. Tienen dos prominentes colmillos de marfil y una probóscide, derivada de la fusión de la nariz y el labio superior: un órgano prensil muy versátil con numerosas terminaciones nerviosas.
Las formas posteriores de Elephas derivadas de planifrons se clasificaron inicialmente como exponentes de un nuevo género llamado Palaeoloxodon, que posteriormente se redujo al rango de subgénero, y recientemente se ha vuelto a elevar al rango de género por derecho propio[5].
A esta línea evolutiva pertenece Palaeoloxodon antiquus, comúnmente denominado “elefante de colmillos rectos”, su variante asiática Palaeoloxodon namadicus y las versiones enanas Palaeoloxodon mnaidriensis y Palaeoloxodon falconeri, casos emblemáticos de enanismo insular.
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Originalmente, el elefante africano era conocido como Elephas africanus, nombre científico propuesto por Johann Friedrich Blumenbach en 1797[20] El nombre Loxodonta fue propuesto como nombre de género para los elefantes africanos por Georges Cuvier en 1824. El nombre Loxodonta hace referencia a la forma de diamante del esmalte de los molares, que difiere significativamente de la forma del esmalte molar del elefante asiático[21].
Un estudio genético basado en el análisis mitogenómico reveló que el elefante africano y el asiático se separaron genéticamente hace unos 7,6 millones de años[25] El análisis filogenético del ADN nuclear de los elefantes africanos de sabana y de bosque, el elefante asiático, el mamut lanudo y el mastodonte americano reveló que el elefante africano de sabana y el elefante africano de bosque forman un grupo hermano genéticamente divergente hace al menos 1,9 millones de años. Por lo tanto, se consideran especies distintas. Sin embargo, es posible que el flujo genético entre las dos especies se haya producido después de la división[26].
Significado del elefante
Son gigantes con largos colmillos, una fuerza increíble y un oído muy desarrollado. No son criaturas creadas por la pluma de un escritor de fantasía, sino elefantes: animales fascinantes dotados de una inteligencia notable.
Parece que estos animales también tienen una percepción especial de la muerte de sus congéneres, casi una forma de duelo cercana a la de los humanos. “Velan” al difunto cerca del cuerpo, pueden permanecer en ayunas durante días y a veces lloran, derramando lágrimas en abundancia. En algunos casos, han visitado los restos de un ejemplar fallecido durante mucho tiempo, incluso cuando sólo quedaban sus huesos.
Elephas maximus borneensis
Las normas de la etiqueta “Elephant Friendly” exigen que las zanjas de drenaje “tengan ángulos, terrazas o escalones que permitan a los elefantes, incluidos los juveniles, cruzar o acceder al agua de forma segura” o “estén aseguradas con rejillas, alcantarillas o tubos de drenaje” para no atrapar o causar lesiones a los animales. Estas medidas correctoras también anularían otros peligros, como el envenenamiento por plaguicidas y herbicidas, los que suponen las vallas electrificadas, el alambre de espino y los encuentros entre humanos y elefantes. Por ejemplo, los cables del tendido eléctrico deben estar enterrados o a una altura suficiente para que los elefantes puedan pasar por debajo de ellos, y no debe permitirse el uso de pesticidas a menos de cinco metros de las fuentes de agua permanentes.