Fabricar la nutrición de las plantas
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Está presente como elemento básico en la formación de ácidos nucleicos (ADN y ARN), proteínas y enzimas, en las sustancias de reserva de semillas y tubérculos (fitina y fosfolípidos), forma parte de los compuestos que regulan el intercambio de energía (ATP, ADP y AMP) y participa en el metabolismo de los lípidos.
Está presente como elemento en los tejidos vegetales (especialmente en la pared celular), unido a azúcares, almidón, proteínas y lípidos, en el embrión de la semilla y en los órganos responsables de la fotosíntesis y de la acumulación de nutrientes de reserva.
Las deficiencias de este elemento suelen producirse en suelos con un pH demasiado ácido o demasiado alcalino, en presencia de altas concentraciones de fósforo P, nitrógeno N, hierro Fe y cobre Cu, y en plantas expuestas a una luz intensa.
Es un elemento nutricional considerado como el constituyente esencial de la enzima nitrogenasa, que preside la fijación del nitrógeno atmosférico N2, de la enzima nitrato reductasa, que preside la transformación del nitrato NO3- en amonio NH3, y de muchas enzimas y proteínas.
Cómo se alimentan las plantas en segundo grado
En aras de la exhaustividad (y de los supuestos), otro informe posterior, publicado por el mismo grupo en 2018, corrigió las proyecciones a un pico de 9.800 millones en torno a 2080, y una nueva actualización estimó una población de 9.700 millones en 2070.
Otro documento, publicado en 2020 por expertos del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (Ihme), estimó el pico en 9.700 millones en 2064, seguido de un descenso a unos 8.800 millones en 2100. Según este trabajo, varios países, como Italia, Japón, Tailandia y España, verán reducida su población a la mitad de aquí a finales de siglo.
Para obtener datos útiles, debemos partir de la SAU (Superficie Agrícola Utilizada) a nivel planetario; dejando de lado aquí la SAT (Superficie Agrícola Total) que, por hipótesis restrictiva, no modificaremos.
Según los últimos informes de la ONU, en comparación con la superficie total de la tierra (unos 15.000 millones de hectáreas), la SAU representa aproximadamente un tercio del total, es decir, unos 5.000 millones de hectáreas, de las cuales:
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Las leguminosas son afortunadas en este sentido, ya que sus raíces llevan bacterias “fijadoras de nitrógeno” que realizan este proceso directamente in situ. Para todas las demás plantas, el nitrógeno debe suministrarse en forma disponible con el abono.
Las plantas lo necesitan para su crecimiento: desarrollo de la parte aérea y del sistema radicular, especialmente en las plantas jóvenes y de invernadero o de hoja (coníferas, plantas de seto, plantas aromáticas, hortalizas de hoja).
Magnesio (Mg). Constituye el átomo central de la clorofila, esencial para la fotosíntesis; preside la formación de azúcares, proteínas, grasas y vitaminas. La deficiencia se manifiesta por el amarillamiento de las hojas sólo hacia los bordes.
Molibdeno (Mo). Interviene en los procesos de fijación del nitrógeno y en el metabolismo del hierro y el fósforo. La deficiencia se manifiesta en plantas pequeñas, de crecimiento atrofiado, con hojas pequeñas, débiles y deformes.
Cuál es la nutrición de la planta
Los tubérculos son estructuras vegetales y constituyen sólo una parte del conjunto de la planta; en concreto, es una porción del tallo que adquiere una forma más bien achaparrada (globular y/o alargada) en la que la planta almacena sus reservas energéticas. Estos consisten principalmente en carbohidratos complejos, es decir, almidón y/o inulina (no disponible para los humanos, pero sin embargo importante como fibra dietética prebiótica).
Los tubérculos suelen situarse en la parte inferior del tronco, bien escondidos bajo la superficie de la tierra, y sólo muy pocas especies los desarrollan al aire libre. Los tubérculos NO son raíces (como la zanahoria) ni son raíces tuberosas (como el boniato o la patata americana y la yuca); tampoco son bulbos (ajo, cebolla, cebollino, chalotas, etc.) ni son trufas.
En los tubérculos, los lípidos están casi ausentes y las proteínas son escasas, además de ser de bajo valor biológico. Entre las sales de los tubérculos, el potasio y algunos oligoelementos como el zinc y el selenio son excelentes; en cuanto a las vitaminas, las patatas tienen un buen aporte de niacina (vit. PP) y de ácido ascórbico (vit. C, que se destruye casi totalmente con la cocción). No se dispone de más detalles sobre el contenido nutricional de los tubérculos menos consumidos.